El pájaro no sabe de problemas,
no paga impuestos ni tampoco renta,
él vive sin conflictos ni dilemas,
contento bebe agua y se alimenta.
El hombre se la pasa entre teoremas
y formulas inútiles, que inventa
él puede dominar todos los temas,
mas no el de ser feliz, por más que intenta.
El ave, libre, vuela por el cielo
y el hombre con su angustia, a ras del suelo,
camina sin saber qué anda buscando.
Y así van uno y otro por la vida,
el hombre con la fe a veces perdida
y el pájaro, más sabia al fin, cantando.
Guillermo González Martínez