La verdadera amistad perdura más allá de cualquier diferencia religiosa, política o de cualquier tipo de controversia.
La verdadera amistad no sabe pedir perdón, porque no hay errores en la amistad; hay omisiones o faltas que se borran con el simple hecho de llamarte “amigo”.
La verdadera amistad busca el momento en que requieres de su compañía y sabe exactamente cuándo prefieres la soledad.
La verdadera amistad no se acaba con la distancia, muy por el contrario, la distancia la refuerza en la añoranza.
Roger Patrón Luján