Felicidad sin límite

Cuando sabes que la vida puede acabar el siguiente día, o cuando piensas que la luz de tu vida se puede apagar en un instante y volverse nubes de dolor y angustia, es entonces que valoras todo lo bello que la vida te ofrece; es entonces cuando reconoces el cariño a tu alrededor, los obsequios que recibiste en el transcurso de tu vida los valoras realmente como lo que son: dones de Dios que se te dan sin condición.

Si tienes esa oportunidad de sentir que éste puede ser el último día en tu vida, si te preocupa pensar en que o volverás a disfrutar de una puesta de sol, no esperes más, disfruta del amor de tus padres, de la algarabía de tus hijos o tus sobrinos, del saludo de tu vecino, del amor y del baile, del paisaje lleno de sol.

Disfruta, sal al campo, viaja, saborea los duraznos del árbol y juega con el agua de la lluvia, tal vez hoy sea tu último día.

Si nunca ha llegado este sentimiento a tu corazón, da gracias al Creador y vive intensamente.

Abrázate a la vida con toda tu alegría.

Sylvia Herrera Gallegos